Madrid, 26 de agosto de 2011 Hola amigos… Va quedando menos para que nos veamos y podamos disfrutar juntos de la comunión. Saben, a propósito de esto, hace un par de días recordaba las palabras de nuestro Señor cuando tomó la última cena. Yo estaba recordándoles, y pasó por mi mente que cuando llegue, una de las primeras cosas que me gustaría hacer es tomar la comunión con ustedes, la Santa Cena. Y me tomo de las palabras de mi Señor que dijo en Lucas 22:15 “Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua…” Cuánto deseo tomar la comunión con ustedes. Y poder tener un momento de acción de gracias por las bondades de nuestro Dios. Tengo varias cosas que han venido a mi mente en estos días… y quiero que tengan a la vista las cartas del apóstol Pablo a su hijo Timoteo. Si bien ustedes saben que Timoteo era hijo en la fe del apóstol Pablo, y que era un pastor joven de una de las iglesias del Asia Menor, Éfeso. 1 Timoteo 1:1-3 1:1 Pablo, apóstol de Je
Juan 7:37-39 37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. Introducción ¿A qué fiesta se refiere el verso 37? A la fiesta de los tabernáculos, también llamada fiesta de las enramadas. Esta fiesta fue instituida en Levítico 23 y tiene como propósito recordar que vivieron en tiendas en el desierto y Dios la instituyó después de la cosecha. El propósito era recordar que habían pasado por el desierto y que habían tenido sed y Dios les dio agua por medio de la roca. Desarrollo No pierdan de vista el pasaje de Juan y demos lectura a Ezequiel 47:1-9 Ezequiel 47:1-9 47:1 Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí agua
Hechos 8:5-13 8:5 Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. 8:6 Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía . 8:7 Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y muchos paralíticos y cojos eran sanados; 8:8 así que había gran gozo en aquella ciudad. 8:9 Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande. 8:10 A éste oían atentamente todos, desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de Dios. 8:11 Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado mucho tiempo. 8:12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres . 8:13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado,
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