SANA DOCTRINA… ¿Qué es la sana doctrina?
El
diccionario lo define Doctrina como: Conjunto de ideas o normas políticas,
sociales o religiosas que rigen la manera
de pensar o de obrar y que son defendidas
por un grupo de personas...
Lo que es objeto de enseñanza…
Sana,
nos lleva a la idea de ausencia de enfermedad, saludable, no contaminado, no
adulterado.
Entonces,
sana doctrina es la enseñanza pura sin contaminación que mana de la Biblia.
Cada
vez que hablamos de enseñanza obligatoriamente surgen 2 elementos principales,
un maestro, y un estudiante… Por lo anterior la sana doctrina cristiana es el
proceso donde un maestro enseña a un discípulo (o estudiante) el contenido
completo (sin adulterar) de la Palabra de Dios.
Hoy
se “manosea” el concepto de sana doctrina, atribuyéndole ese concepto a un
conjunto de reglas de una iglesia o denominación en particular.
Cuando
una iglesia deja de lado la Biblia y comienza a predicar ideas filosóficas, o
de buen vivir, o sociales, está perdiendo su norte… La instrucción de Jesús es:
Vayan, hagan discípulos, y enséñenles…
Mucho
se habla de la sana doctrina sin tener idea qué es. El avivamiento va a llegar
a la iglesia (universal o local) cuando ésta se vuelque a la Palabra de Dios, y
a estrechar nuestra intimidad con Dios. Dejemos de defender conceptos que no
entendemos. Dejemos de hacer caso a lo que oímos…
Estudiemos más la Palabra de
Dios. Así si alguien (aunque sea desde el púlpito) enseña algo reñido con la
Palabra de Dios sepamos defender la sana doctrina.
También
se confunde con la estrategia de cómo hacer discípulos... Es lamentable la
ignorancia en la cual ha caído el pueblo cristiano por no leer/estudiar la
Palabra de Dios. Ya lo dijo el profeta Oseas: …por falta
de conocimiento mi pueblo ha sido destruido.
Hace
un tiempo atrás escribí un artículo. Copio y pego:
¿Somos dueños de la verdad?
Muchas veces me creo dueño de la verdad,
y que mi interpretación de la Biblia es la correcta. Cuando creo que estoy en
la verdad me convierto en juez, y desde mi asiento de juez juzgo a quienes no
interpretan igual que yo. Desde mi sillón de juez condeno a quienes no andan
como yo quiero que anden. Desde mi estrado miro a los pecadores hacia
abajo... Pero logro entender, que no estoy llamado a juzgar, ni
menos condenar, ni menospreciar, sino amar a quienes se desviaron del
camino… Señor quiero sacudirme de todo orgullo, y arrogancia, para que
obres en mí, y me uses como un siervo fiel. Señor enséñame a caminar en
la verdad, para poder enseñar la verdad a otros. En Juan 14:6 Jesús dijo:
Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por
mí... Entonces, concluyo, no soy dueño de la verdad… quien es la verdad es
mi dueño… ARC.
El internet tiene absolutamente
de todo… Si quiero consultar cómo hacer un queque voy a encontrar cientos de
recetas… Puedo encontrar cómo construir un mueble, o cosas que nos perjudican,
y hasta malignas que no nos convienen… Y también vamos a encontrar opiniones
acerca de cualquier tema… Pero al navegar en el amplio mundo de la Internet es
fácil encontrar que personas que “creen” conocer lo que la Biblia dice acerca
de algo, y éstas juzguen como ignorantes y equivocados a quienes tienen
opiniones que no coinciden con las suyas.
La Biblia es mi autoridad final,
única y suficiente para juzgar un tema, pero es muy distinto considerar mi
interpretación de ella como la autoridad final, única y suficiente.
Cada vez que voy a las
Escrituras pido al Espíritu Santo me ilumine en la interpretación de
éstas…
No quiero señalar como apóstata o
falso profeta a quien no opine como yo…
No me burlo o ridiculizo a quienes hagan una pobre exégesis o hermenéutica
de un texto específico. Por último no tengo el monopolio de las verdades
contenidas en las Escrituras, sino más bien, reconozco en humildad cuánto nos
necesitamos los unos a los otros… Somos el cuerpo de Cristo… Nos necesitamos
unos a otros… No puedo prescindir del ojo por cuanto soy mano…
ARC. Pidiendo interpretación al
Espíritu Santo para no apartarme de la sana doctrina!
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