Con el agua hasta el cuello

¿Has escuchado o repetido la frase: Con el agua hasta el cuello?... Esta frase o dicho típico da cuenta de estar a punto de colapsar en una prueba, una dificultad, un problema. Un poco de agua más y me pasará la cabeza… Santiago nos dice en su carta en el capítulo 1, versos 2 y 3: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia”… El gozo solo se obtiene cuando estamos en Cristo y en nosotros se desarrolla el fruto de Espíritu: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia…

Cuando me venía al trabajo hoy en la mañana, tomé un bus de Pitrufquén a Temuco, y reventó una rueda. Nos hicieron bajar a todos y esperar otro bus. Inmediatamente recordé lo laborioso que es para mí cambiar una rueda del vehículo (para otros será más fácil), buscar la gata, sacar el repuesto, desaflojar las tuercas, levantar el vehículo, etc. Ud. Ya saben cómo se cambia una ruada, jajaja…. Sin embargo luego viene otra etapa. Llevar la rueda dañada a la vulcanización. Allí la rueda es inflada nuevamente y es sometida a una serie de “pruebas” para ver por donde está escapando el aire. La primera es sumergirla totalmente para que el vulcanizador sepa donde parchar. Las burbujas evidencian la parte dañada. Se marca, desinfla,  y procede a parchar. Luego de efectuado este proceso, vuelve a inflar la rueda, y la vuelve a someter al proceso de las burbujas, pero éstas ya no existen pues el parche impide la salida del aire.

Así somos nosotros también… Santiago nos dice tengan sumo gozo cuando estén en diversas pruebas… El Espíritu Santo nos sumerge, no solo hasta el cuello, sino todo, para que las burbujas evidencien qué parte debe restaurar… Vamos a un ejemplo concreto: Una persona que ha sido desordenado en sus finanzas de un momento a otro puede encontrarse con el agua hasta el cuello (me han contado, jajaja)… Lo que Dios quiere enseñar es a ser ordenado en el manejo del dinero, y provocar estabilidad económica para el sustento de su familia, de la obra, y de ser ayuda también a otros… Entonces el agua hasta el cuello no es el tope, debe ser hundido completamente para poder evidenciar la falla y proceder a restaurarla…  Una vez que la persona aprendió la lección y dice gracias Señor por restaurarme, y todo parece tomar rumbo de estabilidad, viene la segunda serie de pruebas, esas que van a demostrar que ya no estamos rotos, que aprendimos a ser ordenados con las finanzas, y que aprendimos a dar, guardar, ofrendar, etc… pero otra vez nos vemos con el agua hasta el cuello… y… espera por más, porque para evidenciar que ya no existe el problema, debes ser hundido completamente… Luego de esta segunda serie de pruebas, estás listo para “rodar”. ARC. Creo estar en la segunda serie de pruebas.


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