¿Qué es la oración?

¿Qué es la oración?... 

Alguien respondió sin dudar: Hablar con Dios… En el concepto “hablar con” hay intrínsecamente incorporado un “diálogo”, es decir, Yo hablo y escucho. Entonces, ¿Qué es la oración?... Ya no me sale tan natural la respuesta “hablar con Dios”… porque, ¿Cómo me responde?... A través de SU palabra, a través de instrumentos que él usa, a través de circunstancias, a través de ver lo que Él creó, y así innumerables formas en las que se genera este diálogo. Ahora, de ¿qué debo hablar con Dios?, si le planteo mi enorme lista de peticiones, entendiendo a Dios como supremo dador de toda buena dádiva, veo a un Dios arbitrario, que responde solo algunos de mis caprichos. Una vez leí un libro que tiene como título: Cuando la tierra gobierna el cielo… Waw que libro… despierta la fe. Sin embargo sigo viendo a Dios arbitrario en cuanto a mis peticiones. Obvio que Él sabe de qué cosas tengo necesidad y las suple. Y si algo no se suple es porque en la inmensa sabiduría de Dios, no lo necesito. Aunque me gusta más el concepto de que Dios es soberano… Si solo uso la oración para dar gracias, entonces, ya no es “hablar con”, porque simplemente al igual que mi lista de peticiones, es hacer una lista de cosas de las cuales estoy agradecido de poder recibir, merecedor o no, las recibo, y las planteo enumerando una a una. Otra vez insisto, ¿Qué es la oración?... Ya me di cuenta que no es ni Agradecer, ni Pedir… Ambas son e-mail’s que envío al correo electrónico de Dios… Entonces “hablar con” implica hablo y dejo tiempo para escuchar… Es lo que siempre hacemos con otra persona, hablo y escucho… Entonces, concluyo, orar es hablar y escuchar. Es donde puedo comenzar agradeciendo la inmensa bondad y la misericordia de Dios, donde alabo sus cualidades, luego, le planteo lo que creo que es mi necesidad, y espero una respuesta… Si Dios guarda silencio, no insisto en pedir, sino insisto en saber si lo que creo que es mi necesidad está o no en el centro de su voluntad. Si Dios responde “NO” entonces, dejo de pedir en esa dirección. Si dice “SI” también dejo de pedir, porque la respuesta ya viene en camino. Las posibles respuestas de Dios siempre son: SI, NO, ESPERA… El concepto lo tenemos claro, Orar es hablar con Dios. Ahora, solo queda afinar el oído en intimidad con Dios para que en realidad se produzca ese diálogo.